Yo, Tú, Ella (part. II)

Que dolor cada vez que sé que aquí el te quiero sólo lo digo yo, que dolor cada vez que las ausencias no me dejan más evidencia que el olor de ella en tu ropa, tus manos mías, tu todo y más. Que dolor, que no soporto, que me diluye en agua impura, de la misma que te asqueaste. Que dolor arrastrarme en cada paso tuyo, en cada palabra tuya, que dolor todo y tú, ahí, enfrente, sonriéndome, como si el tiempo de nosotros nunca hubiese existido. El dolor que llevo equivale a mi historia unilateral, a mi personaje secundario cargado en el alma con cada beso protagónico que ella te dio, con cada encuentro perfecto en el que yo no estuve allí.


Que dolor. Esta historia nunca fue mía.

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