Bizarre love triangle

Estaba comiendo algo sin mucha gracia, esperando a que llegara Fernando. Siempre era así. Yo esperaba a Fernando o él me esperaba a mi.

Levanté la cabeza para mirar alrededor y entonces vi que se acercaba por la vereda. Estaba vestido como siempre e iba lleno de papeles, igual que todos los días. Se encontraba a unos metros cuando de repente él me vio a mi y sonrió. Hacía tanto tiempo que no le sonreían así que el estómago le dio una vuelta de carnero entera en la guata.

-Hola!-le dijo él, acercándose para darle un beso de saludo, en la mejilla.
-Hola-respondí, acercándome también.

Apenas se quedó unos segundos, me dijo algo trivial, luego se marchó.
Unos minutos después, llegó Fernando.



Whatever that suits you

Tenía tanta rabia.
Eso era todo, rabia. Rabia cuando caminaba, rabia cuando dormía, rabia cuando comía. No sabía cuando había comenzado, pero antes de que hubiese podido hacer cualquier cosa al respecto la rabia había invadido todos los aspectos de su vida. La sicóloga le dijo que la rabia venía desde que era pendeja, acumulándose por cosas chicas, por injusticias que la gente normal sabe dejar pasar. Gente que no las acumula en la pena ni en las ganas de comer, ni en los nudillos o la garganta.

Ese día intentó purgarlo todo de una vez.
Y lo intentó cortando la pena, los nudillos y, en vista de que nada funcionada, trató con la garganta.

Perhaps, perhaps, perhaps

No creo.
Ni en tí, ni en mi.
Ni en la verdad,
o la mentira
o lo que está entre medio
o nada en absoluto.

Pero a veces, muy de vez en cuando, quizá en nosotros.