Wake up and smell the routine

Hoy día huelo a durazno y a decepción.

No strings attached

Bueno al menos ahora puedo des-cumplir todas mis promesas.
Puedo deshacerme de todas las frasecitas de mierda que escribí en distintos cuadernos
y puedo volver a tener el derecho de pensar que el mundo es una mierda, que la vida es una mierda.
O al menos no deberte nada y pensar eso mismo de ti.

no further questions II

Como si ya no te quisiera mucho, no digo te amo antes de despedirme.
Como si ya no te quisiera tanto, me enojo. A menudo.
Usualmente por nada.

no further questions

A veces me siento una impostora.

Dolor de guata

Intenté pedir auxilio en un estado de facebook. Era serio. Tenia comillas, una coma y hasta un punto final. Me siento adolecente, como si un dolor primitivo y antiguo se estuviera carvando ahi mismo bajo mi piel, ante mi propia vista, sin que yo pueda hacer nada.
No entiendo de donde sale de pronto tanta desesperación. O desolación. O quizá no sea nada, quiza sea solo hambre.

true n°1

He perdido la voluntad hasta de saludar por facebook a la gente de cumpleaños.

True love

A veces el amor se sentía interminable.
Otras veces se te olvidaba comprar el pan, limpiar la cocina cuando lavabas la loza y regar el ficus para que no se arruinara.

you've got to find yourself alone in this world

La última vez que te vi fue en Agosto. Pasaste por mi casa porque yo no era capaz de ir y dejarte a ti, así que te hice pasar por eso a ti. Yo sabía que lo ibas a aguantar. Yo, aunque estuviese preparándome para eso desde incluso antes que estuviésemos juntos, no habría podido aguantarlo. Me habría aferrado para siempre. Siempre te dije que tú tendrías que terminarlo por los dos. No fue hasta los últimos meses y sobretodo las últimas semanas que entendiste de verdad el significado de eso.
En mi defensa te lo dije diez mil veces, pero nunca me creíste. No creíste que lo dijera de verdad y tampoco me creíste capaz. Al final siempre fui más testaruda que capaz. Eso siempre es lo que me ha ayudado a moverme.
No trajiste ningún recuerdo porque no necesitábamos de esas cosas. Nos quedamos todo el tiempo callados, acostados sobre mi cama, abrazados, intentado no derrumbarnos. Te agradecí el silencio y de seguro resentiste el mío, pero lo entendiste.
No me di cuenta cuando me quedé dormida, pero al despertar ya no estabas.
El camino al aeropuerto fue casi insoportable.
Esperé que aparecieras hasta que el avión despegó. Y yo sé que lo pensaste, que por un momento lo intentaste hacer razonable. 
Pero nos dejaste ir.




Oceans [between us]

Trato de hacer lo correcto.
Intento ser, hacer lo que más puedo.
Pero te miro y entonces sé que ya no es suficiente.

Violeta, página 28

"—La verdad es que Felipe me hizo el mayor favor de mi vida al terminar conmigo—dijo Violeta, suspirando—. Lo adoro y amaría volver con él, pero sé apreciar un regalo cuando lo obtengo y regalos como este no se rechazan. Me dio una salida. Necesito tomarla. Después de seis años, debo tomarla o sino jamás lo haré. Y si no lo hago puedo ver mi vida de aquí a cincuenta años más, demasiado clara, preciosa e inevitable y eso es intolerable."

2:35

Después de todo,
no me hacía falta quererte.

i´m so tired of being alone

Se llamaba Matías, pero le decían Valenzuela.
Valenzuela el que no habla.
Valenzuela el que no sale con nosotros después de la oficina.
Valenzuela el fome.
Valenzuela el raro.
Pero Matías si hablaba, solía salir por ahí después de la oficina, no se consideraba particularmente fome y encontraba que en la oficina había gente más rara que él, como Patricio, que comía pedacitos de papel confort cuando pensaba que nadie lo estaba viendo, o como Cecilia, que tenía una colección de fotos de Miriam Hernandez en su escritorio y que todos los días a las 10 de la mañana (cuando la gente se iba a hacer un café) se ponía a escuchar y cantar muy bajito "el hombre que yo amo" o también como Gutierrez, que siempre a horas distintas  del día se paraba de su asiento, iba hacia la ventana y se quedaba allí al menos un minuto y medio mirando a la nada, con una mano en el vidrio y la otra colgando. La más rara de todas, eso si, era Matilde, pero como era la más linda nadie lo notaba.
A Matías todos lo encontraban extraño porque todos seguían a Matilde menos él, ella hacía un efecto solar espectacular que pocas veces había visto. A lo mejor era el pelo rubio, eso siempre parecía hacer algo que él nunca había alcanzado a comprender. En cambio él prefería salir a las seis y media, bajar del edificio, caminar unas cuadras y encontrarse con Gutierrez, en una banca frente al mapocho. Allí se sentaba siempre a un palmo de distancia de ella, hablaban un rato sobre la oficina, la tele y algunas noticias y entonces sacaba una cajetilla, le daba un cigarro y fumaban juntos, comiendo las frutillas que ella siempre traía en un pote de plástico, cerca de todos los autos en hora punta pero ni escuchándolos mucho, ni dándose cuenta de que Gutierrez picaba y maceraba las frutillas sólo por él y que él compraba cigarros mentolados sólo por ella.

Always in my head

Todas las cosas que tengo parecían ser una forma de definición en cierto momento, pero con el tiempo, como todas las cosas, se fueron volviendo trampas y formas de encierro y definiciones que habían dejado de ser verdad hacía rato. Partiendo por ciertos libros, hasta los pósters de pinturas en las paredes. Las frasecitas escritas con plumón en las puertas del clóset. El poemita de Bukowski. Todo sobrecargado, muy rococó y brillante, muy distractor.

Muchas veces suelo hablar de más, no puedo evitar dar mi opinión sobre todo, de tener una verdad que reconocer y mentiras que revelar, de ver los doblestándares y desenmascararlos sin asco y con el placer de ver una cara descompuesta, a riesgo de caer mal por que a nadie le gusta un sabelotodo, menos aún un sabelotodo moral o ético o que no te sigue el juego y te hace ver que estás hablando mierda, aunque tú lo sepas, él lo sepa, ellos lo sepan, nosotros lo sepamos. Lo agotador en esto es que la mayoría del tiempo necesito silencio, mi persona interior está aburrida de la verborrea constante. No sé controlarme.
Y entonces a veces siento que me estoy ahogando y aunque puede ser por la rinitis y la falta constante de aire respirado con normalidad por la nariz y la boca seca y los labios secos por lo mismo, creo que es por la forma constante que tengo de crearme inconformidades. Me aburro con frecuencia porque la gente me decepciona todo el tiempo, porque nadie puede abrirme los ojos y al hacerlo uno mismo se va agotando con el tiempo las ganas y la capacidad. El problema de todo esto es que de un tiempo a esta parte con todas estas falencias empiezo a aburrir yo a los demás. Y de ahí no hay vuelta atrás.

Pudo escribir tanta mierda sin llegar a un punto concreto.
A lo que quería llegar es que no sé que vamos a hacer tú y yo para ser felices.
Probablemente ser felices por separado.

Axiomas

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Que te amo.
Que el amor no es suficiente.
Que me tengo que ir.
[que probablemente me voy a arrepentir].


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I Never Learn

Tenía un problema gigante y como toda la gente que tiene problemas más grandes que ellos mismos no tuve la gracia de tener una pesadilla reveladora que se fuera desarrollando, guiándome en el camino del autodescubrimiento, como pensé que ocurriría. Simplemente dejé de dormir. Dejé de comer. En algún momento creo que empecé a alucinar, pero no puedo estar segura.
Han pasado seis meses y once días y no puedo creer que el mundo no se digne a detenerse. La piel de mi cara comienza a caerse, mi alma también.
Y el mundo sigue de pie.


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Afterlife

Si hubiese una vida después de esta en la que apenas sobrevivo, espero con mis manos al cielo que sea una en la que pueda caminar todos los días por los Campos de Marte, que sea una en la que siempre sea invierno y que sea, sobretodo, una en la que de vez en cuando me puedas encontrar por sorpresa.


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confesión número 33

Todas se habian vuelto flacas de repente, deportistas, corredoras, escaladoras, bailarinas. 
Todas estaban haciendo dietas detoxificantes, tomando jugo de apio, comiendo avena al desayuno, comiendo gazpachos al almuerzo y yogures light que son la reencarnación del castigo divino sobre el mundo, uno de los jinetes del apocalipsis. Yo las miraba sin poder evitarlo, a distancia considerable, con el vómito a medio camino entre la envidia y la decepción y la convicción profunda de que jamás sería como ellas, la tristeza profunda de nunca ser la más linda, de nunca ser la más atractiva, de nunca ser Remedios y de vivir día a día siempre en el borde de la histeria al llevar a cuestas ese pensamiento. No sabía qué me había hecho el mundo, qué concepción retorcida me había inculcado el mundo que necesitaba resplandecer tanto por ninguna razón de peso o lógica más que la insulsez de la belleza, qué me había hecho el mundo para odiar al hombre terrible que me miraba ocasionalmente en la calle y la sensación horrible de fealdad y necesidad cuando no ocurría durante el día y entonces odié al mundo y odié a los hombres, pero nunca pude sacudirme el odio a mí misma de ser insuficiente, porque cada célula en mi cuerpo desatendido y flojo y tedioso lo había asimilado durante ya 20 y muchos años y ya era tarde para desaprender, no lógicamente, pero corporalmente. 
Nadie me enseñó a quererme, por eso me quiero a medias y siempre de muy malas maneras.
Por eso también cuando te quiero, te quiero así y siempre con miedo de que te des cuenta, de que entonces veas todo, la falta por fuera y lo podrida que tantas veces estoy por dentro.

La Mer

Extraño Paris.
Extraño caminar por la rue Du Cherche Midi, llegar hasta el boulevard Raspail y luego por Saint Péres andar hasta el Sena. Extraño estar llegando a casa y ver la torre Eiffel desde Montparnasse, las tiendas de Le Marais, los fallafel y el chocolat chaud de ese café que quedaba al lado del Café Deux Magots. Al que nunca fui.
Extraño Paris y el río.
Extraño Paris y la lluvia.
Lo extraño como cuando tu cuerpo exige volver a su lugar.
Extraño Paris.
Y, sobretodo, me extraño a mi en él.

Swimming in the Flood

A veces estabas tan lejos que casi no te lograba sentir. Te borrabas, desaparecías por ciertos espacios de tiempo. Yo siempre tuve mala memoria, asi que no me disculparé por olvidarme a veces de ti, nunca me he disculpado por todo lo que no puedo evitar, por todas las cosas que soy y que no son suficientes, porque no lo son para alguien, no para mi.

Lo siento, no quiero divagar, la verdad es que nunca has querido que me disculpe por nada. Sólo esa vez que no paraba de interrumpirte y dije algunas cosas horrible y te enojaste mucho, hablamos muchas cosas y lloramos los dos un poco, pero después todo estuvo bien. 

Supongo que lo que quiero decir es que estaba como ida. Y la vida y las costumbres comenzaron a ocurrir sin ti. Y pensé que las cosas se habían acabado. No tenía pena. Te sentías como una historia más que algo real. Intentaba recordar tu cara y todo era difuso. Intentaba acordarme de como se sentía abrazarte y no podía. Supuse lo que había que suponer.

Amor. Lo siento. Sabes que todas las cosas que intento decir son una espiral. De repente todo se está muriendo. No sé que ocurre, se me cae mucho el pelo, mis rodillas duelen un poco más de lo normal. No me siento con ánimos de llorar, pero estoy confusa. Porque sólo hay retazos y cosas inconexas y no estoy segura de que todo ocurrió o fue en algún momento. Puedo ser muy imaginativa y tengo miedo. Ya he inventado cosas antes, he inventado historias e incluso he borrado cosas reemplazándolas por momentos pacíficos. A esta altura no estoy segura de si existimos o si sólo te inventé.

Amor. Lo siento. Necesito saber si alguna vez fuimos de verdad felices.

Transatlanticism

No lo había visto hacía dos meses, dos semanas y dos días.
No sabía muy bien que sentía al respecto. No lo había extrañado como pensaba. Tampoco lo había necesitado como había creído que lo haría. O eso se había dicho a si misma durante ese tiempo.

La gente comenzó a aparecer por la puerta de salida y comenzó a ver abrazos a su alrededor. El vuelo había llegado a tiempo, lo que siempre era un punto extra.

Espero tres horas antes de comprender que no llegaría.
Pensó entonces que estaría bien.
Pero supo con esa certeza profunda y extraña que surge de vez en cuando, que eso también era mentira.

Together

Me subí a la micro intentando sostenerme. Todo estaba un poco quebrado de forma claramente retorcida, pero aun así había una parte de mi que disfrutaba la imagen. Los labios apretados, los ojos apunto de llorar, el nudo en la garganta, el malestar detrás del esternón y todas esas cosas. Era todo muy morboso y encima estaba lloviendo.
Me fui al único asiento desocupado que había. Me acomodé como pude junto a la ventana, cerré los ojos y dejé de aguantarme todo lo que había pasado. Busqué en el bolsillo de mi chaqueta para sacar confort y mi mp4. Me puse los audífonos y apreté play, esperando que el shuffle me sorprendiera con algo ad hoc.
Pero entonces escuché a Bob Sinclair. 
"One day we'll be together". 

Estaba esperando algo más melancólico y menos optimista, pero las cosas obviamente nunca salían como las planeaba. Ni la canción ni su fallida relación. La habían pateado recién. Y le habían dicho fácil. Y ni siquiera había tenido sexo alguna vez en la vida, no tenía idea como esas cosas podían ser compatibles. Y la habían dejado por otra. Y lo peor de todo es que le habían dado esperanza, lo que hacía que Bob Sinclair fuese incluso más horrible, porque aparte de todo el ridículo, se estaba sintiendo identificada con esa puta canción.

Se quedó dormida como a los quince minutos. La despertó el chofer cuando llegaron al último paradero.