La Mer

Extraño Paris.
Extraño caminar por la rue Du Cherche Midi, llegar hasta el boulevard Raspail y luego por Saint Péres andar hasta el Sena. Extraño estar llegando a casa y ver la torre Eiffel desde Montparnasse, las tiendas de Le Marais, los fallafel y el chocolat chaud de ese café que quedaba al lado del Café Deux Magots. Al que nunca fui.
Extraño Paris y el río.
Extraño Paris y la lluvia.
Lo extraño como cuando tu cuerpo exige volver a su lugar.
Extraño Paris.
Y, sobretodo, me extraño a mi en él.

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