Domingo.
Eso debiese decirlo todo.
Hace un par de años ya que noviembre suele ser el mes salvatorio del año, pero tengo el presentimiento de que ahora no será lo mismo. Es como si lo tuviera escrito en todos mis músculos, siento ganas imperativas de correr.
Sólo correr.
En vez de eso busco algún chocolate en los cajones de mi mamá, de mi hermana, de mi papá. Encuentro una caja y encuentro pastillas. Muchas.
Creo que ni siquiera alcancé a pensarlo un minuto.
Desperté en la ambulancia.
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