Tengo penas inconmensurables, penas cotidianas, penas repentinas y penas basales. Tengo penas que a veces son alegrías, que a veces son asco, que a veces son derrota. Tengo penas de las que botan, de las que te hacen correr, de las que te quitan el hambre, de las que te la dan. Tengo penas antiguas y penas nuevas.
Hoy en particular, quizá porque es domingo, quizá porque escuché unos discos antiguos y vi unas fotos escondidas que me vine a encontrar, tengo la pena más agotadora, la más incapacitante, la que más duele, en extensión y profundidad. No sé muy bien si es la pena de nosotros o la pena de ti.
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