El peso

No sé si escribo para matarte o mantenerte vivo.
Quizá escribo solo para mi. Las palabras te atrapan, te enredan antes de que puedas extenderte en la totalidad de mi, te contienen para prevenir un desastre, para evitar que lo contagies todo. Te sacan de la sangre para que no te acerques al corazón, te expelen para que no inundes mis pulmones, todo mi cuerpo te rechaza. Todo mi cuerpo se rehusa.
Y cuando intentes deslizarte en mi cabeza, gritar. Gritar hasta el agotamiento, gritar hasta perder la voz, gritar hasta la inconsciencia. Gritar para apagarte, para anularte, para silenciarte al fin.
De lo que más me cuesta quitarte es de mi espalda. Ahí te llevo a cuestas, todo el tiempo, inamovible.
Pesas.
Pero no para siempre.

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