Las Flores


-Traje flores, puedes ponerlas en agua?

Magda tomó las flores con las dos manos y sonrió al acercar el ramo a ella para olerlo. Fue a la cocina, sacó un florero y puso las flores en él, ordenándolas un poco para que quedaran más simétricas.
Miguel la observó en silencio desde la puerta de la cocina. Cuando la vio salir por la puerta lateral se dio vuelta para ir al segundo piso a ordenar, pero apenas giró un poco cuando sintió el sonido de algo rompiéndose en el suelo en la pieza del lado.

Magda estaba de pie mirando el suelo y levantó la cabeza cuando Miguel apareció en el comedor. Tenía los ojos llenos de lágrimas.

-Lo siento.
-No te preocupes, es sólo un florero.

Ella asintió.

Magdalena pasó por al lado suyo. Pensó que había ido a buscar la escoba y un paño para secar el agua, pero entonces la escuchó abrir la puerta del clóset.
Miguel la siguió, confundido y se encontró de cara a ella bajo el dintel de la puerta. Magdalena llevaba una maleta en la mano izquierda.

-Magdalena? -musitó, asustado.
Ella lo miró e intentó decir algo, pero no pudo.
-De verdad lo siento.

Entonces lo esquivó, abrió la puerta de la casa y ni siquiera dudó un segundo antes de cerrarla. Miguel, de espaldas, sólo escuchó el portazo.
Un motor.
Y el sonido de un auto alejándose de su casa.

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