De nuevo.




-El tiempo no debiese ganar siempre-suplicó él.

Hubo una pausa, cargada.
Y ella sonrió.
No pudo evitarlo, sonrió. Fue una sonrisa pequeñita, muy ínfima, pero presente.

-No-musitó-. El tiempo no debiese ganar siempre.



No hay comentarios:

Publicar un comentario