Nos pasamos sobreviviendo los días últimamente, durmiendo apenas para alucinar un rato de desesperacion, en caso de que podamos adelantar un poco los desenlaces que nos quedan.
Me duermo y tengo hambre y me duelen los muslos y las rodillas, un poco la cabeza, la espalda y las ganas de vivir.
Como en los momentos de verdad.
Como cuando no hay treguas posibles.
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